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Hay objetos que parecen esperar en silencio su momento — este es el caso de la jirafa de Matías. Esta jirafa llegó a casa cuando mi hijo tenía apenas dos años. No era de sus favoritas, ni de sus más usadas. Estaba allí, casi en silencio, acompañando desde un rincón.
Pero después de su partida, todo cambió.
Las señales de Matías fueron inmediatas, tan visibles y constantes que no había espacio para la duda. Y entre todas ellas, la más insistente vino de esta jirafa.
Una jirafa que parecía dormida, comenzó a sonar sola. Sonaba cuando yo me resistía a levantarme de la cama mientras escribía su libro, y no paraba hasta que lo hacía. Sonaba cerca de sus fechas: su cumpleaños, el día que partió al cielo. Sonaba como un recordatorio de que él sigue aquí, cerca, acompañándonos.
Lo más increíble es que esta jirafa ya tiene seis años en casa, y nunca hemos cambiado sus pilas. No sé si las tiene infinitas, o si la verdadera energía que la mueve es la de Matías.
En los últimos meses, su sonido se ha vuelto aún más especial: cuando pensamos en él, cuando le hablamos en silencio, la jirafa responde. Es su manera de decirnos: “Estoy aquí, los escucho, no están solos.”
Porque la energía no se apaga, solo se transforma. A veces se vuelve invisible, intangible, pero paradójicamente más presente que nunca.
Hay más señales, muchas más, y cada una tiene un lugar en el libro de Matías.
📖 Los invito a leerlo, a descubrir esa otra forma de comunicación, ese puente de amor que nunca se rompe.
Escucha con el corazón y tal vez también sientas su mensaje. Cada señal es un puente entre lo que se ve y lo que se siente; deja que esta jirafa te lo muestre.
Video con el sonido de la jirafa de Matias
🦒💙
Giraffe 🦒💙