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Cuando pensamos en superhéroes, solemos imaginarlos con capas, trajes brillantes y poderes extraordinarios. Pero la vida me enseñó que los verdaderos héroes no necesitan nada de eso. Los héroes reales son los niños que enfrentan enfermedades como el cáncer con una valentía indescriptible.
Ellos, con cuerpos pequeños pero corazones inmensos, atraviesan procesos médicos dolorosos, largos y retadores, que ni siquiera quienes los acompañamos podemos llegar a comprender en su totalidad. Los padres, las familias, luchamos a su lado… pero nunca podremos dimensionar lo que significa realmente para ellos vivir cada tratamiento, cada procedimiento, cada espera.
También son héroes los médicos, enfermeras y equipos de salud, que día tras día dan su esfuerzo, su conocimiento y su humanidad para acompañar y sostener estas batallas invisibles.
En el caso de mi hijo, Matías, los doctores siempre me repetían lo mismo: “Él es increíblemente valiente”. Y no se equivocaban. Una y otra vez demostró una fortaleza única. Superó pruebas que parecían imposibles y, aun en medio de la dificultad, siempre irradiaba luz. Su valentía inspiraba no solo a nosotros como familia, sino a todos quienes lo rodeaban.
Por eso, quiero cerrar con algo que siento profundamente: en este camino nunca debemos hablar de ganar o perder la batalla. Después de recorrer un trayecto tan complejo, no existe derrota. Cada niño, cada persona que enfrenta esta enfermedad, ya es un vencedor. Todos, absolutamente todos, son verdaderos superhéroes. 💙🪽